Hará todo lo posible por cantar «Rajoy Lugosi’s Dead», hasta prometer por dos veces, después de 7 años de Gobierno, legislar en favor de la dación en pago…
Love Will Tear Us Aznar again... Sois inspiración 🙂
Necesitas:
– Champiñones, zanahorias, pimientos verdes, cebollas, tomates, orégano, comino, canela, pimienta, sal, vino blanco, caldo de verdura, zumo de limón
Limpias los champiñones y le quitas la parte de la base marrón, esa que parece raíz todavía. Los limpias bien y los dejas a un lado, pero antes le echas un chorro de zumo de limón para que no se oscurezcan.
Ahora picas la cebolla, y la pones en una cazuela con aceite. Mientras las cebollas se van dorando – no mucho, sólo un poco -, vamos picando el resto de las verduras. Los champiñones los podemos dejar a láminas, o cortarlos en cuatro trozos. Ya están las cebollas en su punto, así que añadimos estas verduras.
Y mientras, en cosa de tres minutos, vamos a por los tomates. Les quitamos la piel y los troceamos. En estos momentos a mi me suena en la lista de reproducción el «Rayuela» de Gotan Project, y con Cortázar declamando el capítulo 7 me entran ganas de besar al tomate. Pero no lo hago, porque estoy cocinando para más gente y no quiero contagiarle mis cronopios a nadie.
Echa ya los tomates y espera unos tres minutos. Ahora viene lo bueno, después de esos tres minutos: las especias. A mi no me preguntes por las cantidades. Empezó a sonar Bajo Fondo y la cosa de las especies ya fue sola, cadenciosa y a lo suyo, bien pegaditas a las verduras. El orégano, el comino, la sal y la pimienta. Pero sobre todas, la canela, aromática, madera dulce. De esto le damos dos toques, uno ahora y otro casi al final, antes de sal-pimentar por última vez.
Dejas las especias y el resto unos 4 minutos, bailando tranquilas y tostándose un poco, y ya añades el caldo de verduras y el vino blanco. Aguanta un poco y echa el arroz (medio vaso para cada comensal, por un vaso de agua por cada medio vaso de arroz); déjalo unos minutos así antes de echarle el agua.
20 minutos hirviendo a fuego lento, cinco minutos antes de acabar le damos otro toque de canela (sin abusar…), y sal-pimentamos. Cuando apagues el fuego, antes de servir, déjalo todo tapado un rato, ¡y Gol!
Tras el ¿Se llegó a la Luna?, capítulo piloto, comienza la temporada de Escépticos con ¿A ti te funciona? Un capítulo en el que Luis Alfonso Gámez muestra su escepticismo hacia las “medicinas alternativas” y el uso de la “energía” como medicina.
Uno de los aspectos que criticábamos los que nos oponíamos (y nos seguimos oponiendo) al conocido como “Plan Bolonia” es que, en su afán por destacar en productividad y rentabilidad, centraba a la institución universitaria en el desarrollo de una racionalidad técnica fuera de cualquier discurso histórico-científico. Hay un momento en el que Luis Alfonso Gámez pregunta a un médico que cómo es posible que en una sociedad tan tecnificada caigamos en los discursos de los charlatanes. Precisamente por esto, por haber desarrollado una racionalidad técnica sacando al hombre de la historia: tenemos fe absoluta en nuestro teléfono móvil y en nuestro Mac, y a la vez entregamos nuestra salud a un chamán rechazando los logros de la Ciencia. Esto es fruto, en mi opinión, de una sociedad tecnificada pero a-científica.
Y por otro lado, está esa pretendida radicalidad anti-sistema que en nombre de la lucha contra el poder de las farmacéuticas nos lleva a avalar a brujos codiciosos. Esto es especialmente desesperante, no sólo por dar pávulo a la charlatanería en nombre de la lucha por la justicia social o en nombre del ecologismo, sino porque niega, al abrazar un discurso conspiranoico y místico, la realidad del conflicto: las causas materiales que en el sistema capitalista convierte cualquier fuente de ingresos en objeto de negocio. Y para esto, para defender una Sanidad independiente del poder de las farmacéuticas, no hay que entregar nuestros cuerpos al reiki o las flores de Bach, hay que luchar por una Sanidad y una Educación públicas, independientes y gratuitas.
Mucha gente fue asesinada en la hoguera por defender el pensamiento científico y racional para que ahora, por enfrentar a algo tan oscuro e irracional como el poder (en su vertiente Expediente X), nos pongamos en manos de aquellos que durante tanto tiempo nos han mantenido en la ignorancia y en las sombras. ¿No os habéis parado a pensar que en la Edad Media, por poner un ejemplo, la «medicina alternativa» era la Medicina científica actual y que lo normal y respaldado por la Iglesia y el poder eran la charlatanería, la fe y los tratamientos a-científicos? Al final Ratzinger va a llevar razón cuando habla del daño que está haciendo el relativismo…
El programa, ¿A ti te funciona?
El Zeitgeist se cura leyendo.
Casi todos coinciden en que «Kind of Blue» es el mejor disco de jazz de todos los tiempos. Y viendo el quintento que lideraba Miles Davis para grabar ese disco uno se lo piensa dos veces antes de de argumentar lo contrario: John Coltrane al saxo tenor, Bill Evans al piano, Paul Chambers al contrabajo y Jimmy Cobb a la batería (además de Julian “Cannonball” Adderley al saxo alto – que no toca en «Blue in green» y Wynton Kelly al piano en «Freddie Freeloader») . Número 12 de los «500 mejores discos de toda la historia de la música» en la Rolling Stone de 2003, ahí es nada.
Miles Davis, el «Picasso del Jazz«, que comenzó pronto a tocar con gente de la talla de Dizzy Gillespie o Charlie Parker (quién le aconsejó a los 16 años que se fuese a Nueva York), nos dejó hace hoy 20 años.
Para más detalles, están los expertos. Os dejamos un enlace a los especiales de Radio3, con programa en Sonideros y a la derecha de vuestras pantallas, los podcats con monográficos sobre Miles Davis en A todo jazz con el gran Cifu: 20 años de la muerte de Miles Davis
En Trotskovia os dejamos con este disco-manifiesto, Birth of the cool, de una nueva forma de hacer jazz, el cool:
En épocas de bandazos estratégicos y tácticos, de dudas y desorientación en las grandes centrales sindicales, de recortes, deudas y guerra social declarada (o lo que es lo mismo, lucha de clases), los profesores y profesoras lo han visto claro: huelga. Esperanza Aguirre and Cia. corren a repetir eso de «esto es una huelga política», «una huelga salvaje», «derecho al trabajo». Es curioso, la patronal y sus partidos políticos sólo se acuerdan del «derecho al trabajo» cuando se convocan huelgas.
Ernest Mandel, un tío con clase, sin ambigüedades, lo vio claro:
La huelga pone en discusión incluso la ideología burguesa dominante (incluso el derecho burgués) al revelar que el Estado burgués “liberal”, al defender principios abstractos tales como “la libertad de trabajo” o “el derecho a circular libremente por los caminos” (de acceso a las fábricas), lejos de proclamar su “neutralidad” o su papel conciliador dentro de la lucha de clases, interviene activamente al lado del capital y en contra del trabajo. Pues la huelga es la afirmación del derecho del derecho de los trabajadores a luchar en contra de “la libertad de explotación y de luchar en favor del control sobre la mano de obra por parte de la colectividad de los propios trabajadores. […] Al proclamar la “libertad del trabajo”, impide a la mayoría de los trabajadores en huelga el ejercicio del derecho de no trabajar en condiciones que no le convengan sin garantizarle al mismo tiempo la posibilidad de trabajar permanentemente (el pleno empleo). La “libertad del trabajo” no es, en consecuencia,sino la libertad del capital para comprar la fuerza de trabajo cuando les parece bueno y le conviene, y el conjunto de condiciones sociales, jurídicas e ideológicas que obligan al trabajador a vender su fuerza de trabajo en esas condiciones.
Ernest Mandel en
«Control obrero, consejos obreros, autogestión»
Se viene el «thatcherismo».
Sacada de centrepointcollective-spanish.blogspot.com. Imagen de la huelga de mineros contra el Gobierno de Margaret Thatcher.
Desde Trotskovia queremos rendir un sentido homenaje al gran actor y militante Jordi Dauder. Que la tierra te sea leve.
Desde Trotskovia, como parte integrante, saludamos, apoyamos y deseamos larga vida a GRUNDmagazine.
GRUNDmagazine en Verkami, proyecto de micro-mecenazgo. ¡Ayuda a GRUNDmagazine a saltar al papel!
PD: la foto original no sé de quién es. La pillé de alguien que posteó una entrada en el fb de Socialismo y Barbarie. Ahí los Led Zeppelin disfrutando de… Disfrutando de lo suyo.
<<Fue entonces cuando Dreister, otra vez necesitado de mostrar su poder, le dijo a Liev Davidovich que la perra Maya no podía viajar con ellos.
La reacción del desterrado fue tan violenta que sorprendió al policía: Maya formaba parte de la familia y se iba con él o no se iba nadie>>.
El hombre que amaba a los perros,
LEONARDO PADURA
El pasado 17 de agosto se cumplían 71 años desde el asesinato de nuestro camarada León Trotsky. Desde Trotskovia queremos recordarlo con unas palabras de otro grande, Daniel Bensäid:
El destino trágico de Trotsky ilustra la tensión entre lo necesario y lo posible. Entre la transformación social capaz de responder a los efectos de un capitalismo que se está pudriendo y las posibilidades inmediatas.
Su aportación teórica y estratégica es considerable. Especialmente en el análisis del desarrollo desigual y combinado de las sociedades, empezando por Rusia desde 1905, o la percepción de las modalidades actuales del imperialismo.
Pero donde es irremplazable, a pesar de sus lagunas, es en el análisis del fenómeno, inédito y difícilmente comprensible entonces, de la contrarrevolución stalinista. Desde este punto de vista, Trotsky es un enlace. Lo cual no significa una referencia beata, ni exclusiva. Por el contrario, nuestra tarea es transmitir una memoria pluralista del movimiento obrero y de los debates estratégicos que lo han atravesado.
Desde Trotskovia, danzamos y cantamos, junto a las compañeras de «Que viva la lucha de la clase hortera«, en homenaje al «viejo».
Os dejo una traducción que acabo de terminar para el blog de Izquierda Anticapitalista – Cádiz. Es un texto que nos ha pasado Munif Malhoum, compañero de la Cuarta Internacional en Siria, represaliado político por el régimen de al-Asad desde hace muchísimos años.
La traducción es un poco libre. Por ejemplo, he optado por traducir el título como <<El pueblo sirio ‘raja la baraja’>>, cuando literalmente decía <<El pueblo sirio rompe el frasco (de perfume)>>. No sé, pensé que así quedaría más claro y además, eso de ‘rajar la baraja’ le daba un aire zapatista. Umberto Eco dice que traducir es «decir casi lo mismo», y más o menos eso ha quedado.
El texto: El pueblo sirio «raja la baraja»
trotskovia 